La lavanda es una flor aromática oriunda del mediterraneo que se ha puesto muy de moda esta última década, no como ornamento o perfume, sino para consumirla. Esta planta es pariente lejana de otras hierbas aromáticas como la menta, el romero y la salvia y tanto sus hojas, flores y tallos son ingeribles. Aunque hoy hablaremos específicamente de sus flores. Son de un violeta intenso y se pueden utilizar frescas o secas para nuestras infusiones.
Una de las aplicaciones más conocidas del té de lavanda es para combatir el insomnio. La lavanda es rica en geraniol y linalol, componentes naturales que producen una sensación de calma en nuestro organismo. De alli que incluso psiquiatras manden en primera instancia té de lavanda a un paciente antes de medicar con un fármaco más fuerte.
Además es excelente para nuestro aparato digestivo, evita las flatulencias y dolores abdominales, ya que sus componentes activos afectan positivamente nuestros órganos internos. Una buena infusión de lavanda te ayudara con problemas como el estrés, el dolor de cabeza y la mala respiración gracias a la gran concentración de antioxidantes (especialmente taninos) que tiene naturalmente. los taninos también estan presentes en muchos frutos y plantas energéticas como el café y el té, pero éstos tienen otros estimulantes que sobreexcitan el sistema nervioso dejándote alerta, mientras que la lavanda al no tener componentes como la teína o la cafeína relaja y desisflama nuestros nervios. Pues nada, si no has podido dormir bien o tu actividad mental es hiperactiva, es hora de tomar lavanda.
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